El reciente anuncio de los dirigentes de la CONFECH de sentarse a negociar con el gobierno ha causado suspicacia en el movimiento estudiantil y en la sociedad en su conjunto. La historia, incluso la reciente, nos ha enseñado que muchos grandes movimientos se disuelven en las negociaciones, simple y llanamente por el oportunismo político y los intereses creados de los dirigentes. El escenario actual desprende un olor a podredumbre, sobre todo cuando leemos los reportajes publicados en la tercera sobre las negociaciones privadas que han sostenido dirigentes estudiantiles con representantes de la Concertación y del gobierno, y de donde al parecer han emanado tanto las decisiones de cerrar el semestre como de sentarse a negociar, pese a los acaloradas declaraciones que tildaban al ejecutivo como ambiguo en sus propuestas.
Hemos recalcado en varias oportunidades que los dirigentes estudiantiles como Camila Vallejo y organizaciones como el colegio de profesores y la CUT responden a intereses partidistas del PC, lo cual es nefasto, ya que este partido siempre ha considerado válida la negociación con el gobierno en términos de transar la lucha por unos cuantos escaños en el parlamento o conseguir uno que otro concejal. Cabe destacar que la forma de operar de estos verdaderos mafiosos se evidencia en un instructivo de las JJCC de la USACh, que se filtró en internet y que comandaba a sus secuaces el intervenir asambleas adversas a sus intereses y forzar el cierre de semestre.
Sus argumentos, sin embargo, se caen por sí mismos. Los sectores asociados al PC dentro del movimiento estudiantil, así como otros más ingenuos que maquineros, apelaron a la solidaridad con sus compañeros que perderían los beneficios y a la necesidad concomitante de cerrar el semestre urgentemente, ya que el 7 de octubre era el punto de no retorno para salvar el año académico. Tras transar la única forma de presión real que tenían los estudiantes, que era no cerrar el semestre, presionando de esta forma a las casas de estudios autofinanciadas y por ende al gobierno, este último instantáneamente relajó las fechas de cierre de semestre. En el mismo instructivo de la JJCC se señala el caso de la carrera de historia de la USACh que solo ha tenido 5 semanas de clases y al parecer no hace peligrar en lo más mínimo la calidad de la educación recibida el completar el semestre con un par de semanas más de clases, o sea 7 semanas de un total de 16 mínimas. Todo acordado con la propia universidad. Claramente al gobierno le importa más tratar de aumentar su popularidad, que ya está por el 22%, acabando con el conflicto estudiantil, que la calidad de la educación.
Otra cosa que llama la atención es la forma en que se gestó el documento que hizo llegar Bulnes a Vallejo cuando se celebraba la CONFECH en Coquimbo y que daba cuenta de la supuesta flexibilización del gobierno frente a las demandas mínimas del movimiento estudiantil para sentarse a negociar. Según la tercera, en una reunión celebrada el viernes 23 por la noche con la participación de un asesor de los dirigentes universitarios, Miguel Crispi (PS), los dirigentes secundarios de la CONES, Freddy Fuentes y Rodrigo Rivera, el vicepresidente del Senado, Juan Pablo Letelier, y el ministro Bulnes tuvo como resultado " un documento visado por los estudiantes, que el gobierno haría propio al día siguiente".
Si bien no se puede confiar fielmente en medios como la tercera, nuestras experiencias locales con militantes del PC y otros partidos políticos nos hace tomar esta información como una realidad totalmente plausible.
Sea como sea, nunca hubo argumentos para cerrar el semestre o sentarse a negociar, solo intereses personales o partidistas. Los fondos que se estaban negando a las universidades ya estaban asignados y cortarlos arbitrariamente solo hubiera traído consigo más repudio al gobierno y finalmente el gobierno nunca aceptó las condiciones que los mismos dirigentes estudiantiles consideraban mínimas para sentarse a negociar. Recordemos que la transparencia ofrecida por el gobierno en torno a las negociaciones residen en actas públicas, altamente manipulables y que no llegan a mucha gente, frente al pronunciamiento de aplazar en su tramitación las leyes relacionadas con la educación, se explicita claramente que los acuerdos potenciales que se logren con los estudiantes se agregaran a las mismas y no que se discutirá el contenido ya enviado al parlamento y la recalendarización del semestre es una broma (evidentemente negociada) que nunca representó un problema para el gobierno, ni para las casas de estudios.
Al parecer una vez más los partidos políticos se encargan de manipular a un movimiento social para su beneficio propio. También parece que no se aprende que todas las organizaciones políticas tradicionales estás podridas y no representan los intereses de millones de personas que, les creen a ratos, solo para volver a decepcionarse. Vendid@s, igual de explotad@s, más temprano que tarde ¿se abrirán las grandes alamedas?
A seguir luchando.
ARTICULO ESCRITO POR LOS COMPAS DE REVISTA EL BAGUAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario