sábado, 24 de septiembre de 2011

Chile por la defensa de la educación



Desde la década de los 80, en plena dictadura militar de Augusto Pinochet, no se veían tantas personas marchando por las principales calles de gran parte de las ciudades del país.
Cada jueves, desde hace más de cuatro meses en Santiago y un par de semanas menos en el resto del país, miles de chilenos se manifiestan durante horas bajo una misma consigna: el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad.
Este es un fenómeno social que se viene gestando desde hace cinco años, cuando se realizo la llamada “revolución pingüina”, el cual fue un movimiento liderado por estudiantes secundarios, en donde la principal característica fue la claridad en las demandas y la gran cantidad de líderes jóvenes que movilizaron a sus pares de forma independiente y apartidista, y por haber terminado con la Ley Orgánica Constitucional Estudiantil (LOCE), la última herencia de Pinochet antes de dejar el poder.
Esa misma generación del año 2006, se reactivo este 2011 tras años de pasividad social por el trauma postdictadura, que es lo que hoy hace que se vuelva a salir a las calles con mayor fuerza, reivindicando las mismas demandas y sumando otras que nunca fueron resueltas por la Ley General de Educación ( LGE).
Pero a diferencia de lo que muestran los medios de comunicación tradicionales, los estudiantes secundarios y universitarios estamos siendo apoyados no solo por Centros de padres y apoderados, además de sindicatos de distintos sectores productivos de trabajadores del país, ya que por ejemplo, en uno de los temas más controvertidos, que es el lucro en la educación, aunque la ley lo prohíba, y que la educación se utilice como negocio, lo cierto es que en Chile las universidades tradicionales y privadas cobran aranceles millonarios, que se incrementan por los altos intereses fijados por la banca privada, la que termina incrementando mucho la deuda inicial. Así, un universitario promedio terminara su carrera debiendo igual o más de lo que cuesta una casa de unos 25 millones de pesos.
Además de los altos aranceles, el sistema de educación marca la brecha desigual entre clases desde el inicio de la etapa escolar, ya que en los colegios públicos cerca del 85% de los alumnos viene del 60% más pobre, mientras que en los colegios privados más del 60% pertenece al 20% más rico de la sociedad.
Es por esto que las peticiones presentadas por todos los estudiantes del país, ante el ministerio de educación, incluyen el acceso con equidad, calidad, integración y heterogeneidad social en la matricula. También los estudiantes rechazamos la prueba de selección universitaria (PSU) por ser regresiva y elitista, por ello proponemos la creación de mecanismos complementarios de acceso que consideren nivelación, mantención (académica y económica) y titulación para que exista igualdad de oportunidades en el acceso, así como fondos estatales que permitan financiar estas demandas
Ya que estamos cansados de pagar para estudiar y estudiar para pagar, en donde el circulo vicioso al que ingresa un estudiante chileno es la parte medular del problema, los estudiantes del país manifestamos con más fuerza aún, que la intransigencia de la cual se nos acusa por parte del gobierno no es más que un juego sucio y que en vez de estar tan preocupados de los “planes para salvar el año” se podría estar más preocupado de que el 74% restante que no aprueba el gobierno actual, solo se recordara que este es el gobierno que no escucho a su pueblo.


Por Sergio Ballesteros.

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